TRANSPORTE
Madrid, 2 de febrero de 1937
MILITARIZACIÓN DEL SERVICIO DE TRANSPORTE
El esfuerzo de guerra ha exigido tomar una medida tan indispensable como la militarización del transporte, aunque ya desde comienzos de la guerra se había procedido a la incautación de automóviles y vehículos de motor para garantizar el suministro en los frentes.
También ha venido produciéndose la incautación de fábricas, talleres y material y a partir del uno de enero se han militarizado en Madrid todas las industrias relacionadas con actividades militares y al personal de las mismas. En este sector, el papel de las organizaciones sindicales está siendo decisivo. Toda la organización y la disciplina se vuelcan a garantizar los suministros, repuestos y reparaciones. Los trabajadores tienen en sus manos la organización de un elemento vital para el desarrollo de la guerra.
En Madrid, la necesidad de nuevas carreteras para garantizar el abastecimiento y la comunicación con Valencia, se hace imprescindible, así tenemos como ejemplo el caso de la carretera que une a Torrejón con Loeches. El asedio a la ciudad ha cortado el tráfico ferroviario, y todo el transporte ha de hacerse por carretera hasta enlazar con las estaciones de ferrocarril que se mantienen en servicio como las de Aranjuez, Tarancón o Alcázar de San Juan. Todos los coches que circulan están debidamente controlados por las organizaciones obreras y oficiales. El tráfico de automóviles privados es inexistente en la ciudad y algunas calles presentan escenas de otros tiempos, los coches de caballos, los antiguos simones, vuelven a hacer acto de presencia como coches de punto. Los carros de animales de tiro sirven para todo tipo de portes y mudanzas.
Requisadas las propiedades de la Iglesia, algunas han sido habilitadas como talleres, otras como escuelas y hospitales. La iglesia de Torrelodones hoy sirve de taller mecánico e incluso en la lonja del monasterio de El Escorial también se ha instalado un taller de recuperación de automóviles con departamentos en cuyas estanterías hallamos probadores para bujías, bobinas y puestas en marcha, donde se limpian y prueban colectores. Allí hay también un taller de carpintería magníficamente montado para la carrocería de los coches. La parte dedicada a la forja se encuentra próxima a aquellas dependencias. Existe un completo almacén de material que cuenta con dinamos, distribuidores, juntas, etc..
En el Hotel Palace, convertido en hospital de sangre, está instalado el depósito de cubiertas y un almacén de piezas de recambio. Todo recurso es útil para aprovechar los camiones para el esfuerzo del transporte en guerra: en un camión se ha montado un taller móvil para poderse aproximar al frente y hacer reparaciones urgentes. También han ideado sistemas que convierten a los camiones en remolques de guerra.
Se han creado, desde el 13 de enero, las Comisiones de control de gasolina presididas con plenos poderes por un representante del gobierno y la representación sindical de la UGT. Se facilita una tarjeta de suministro de gasolina para cada vehículo, se prohíbe la circulación de taxis y se establece la firma de órdenes por los delegados sindicales para el suministro de gasolina.
Los tranviarios movilizados realizan tareas anónimas en la retaguardia, salvaguardan la vida de los viajeros deteniéndose rápidamente en el sitio donde les coge un bombardeo. Por las calles de Madrid rodaban quinientos tranvías al comienzo de la guerra y hoy comienza a notarse la reducción de las líneas, ya que los daños son numerosos. Los bombardeos hacen estragos y en las cocheras se alinean masas de coches retirados por la acción de los obuses.
Carmen Dalmau / Raúl Domingo.
cuentanos@cronicasderetaguardia.es
COLECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS:
©2006 Actividades y Servicios Fotográficos, S.L. Todos los derechos reservados
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización del propietario.